A la hora de aplicar la pintura, muchos pintores no aprecian la importancia de emplear el espesor de capa adecuado, porque a simple vista, un espesor de capa más fino o más grueso del recomendado, puede continuar dando una apariencia uniforme.

 

No respetar el rendimiento adecuado de una pintura, recomendado por el fabricante, resultará en que estamos aplicando una película de pintura seca que no tiene el espesor adecuado. Esto afectará negativamente a una serie de propiedades clave de la pintura, en detrimento de la calidad del trabajo final.

 

La calidad se ve comprometida si diluimos la pintura o la extendemos más de la cuenta, o bien si la aplicamos en exceso estamos modificando sus propiedades y/o rendimiento.

 

Aplicar un espesor de capa insuficiente tiene las siguientes consecuencias negativas:

  • Disminuye la resistencia al craquelado: la capacidad de una pintura para resistir el craquelado está directamente relacionada con el espesor de la película seca. Especialmente importancia tiene este punto cuando pintamos o repintamos madera exterior.
  • Cubrición deficiente: la pintura no cubrirá completamente la superficie o el color anterior, especialmente cuando parte de la película se retire progresivamente al limpiarla.
  • Escasa lavabilidad: con el frote, una parte de la película de pintura desaparece, si ésta es fina lo hará mucho antes que una más espesa.
  • Mala brochabilidad y nivelación.
  • Menor durabilidad, especialmente en exteriores.
  • Brillo uniforme: es una propiedad fundamental que se ve afectada cuando la capa de pintura es demasiado delgada.

Aplicar un espesor de capa excesivo tiene las siguientes consecuencias negativas:

  • Descolgamiento.
  • Piel de Naranja.
  • Curado de la película lento, lo que resulta en blocking.
  • Craquelado.
  • Mayor tiempo de secado y endurecimiento.
  • Arrugado entre capa y capa.

La imprimación:

Las consecuencias de no aplicar la capa de producto recomendada también tienen efecto sobre las imprimaciones, que ven disminuidas las siguientes propiedades: resistencia al craquelado, cubrición, resistencia antimoho, uniformidad y brillo en el acabado final; y, dependiendo de la naturaleza de la imprimación, cubrición de manchas y resistencia a la corrosión.

 

Es importante que el pintor profesional se tome su tiempo para medir y calcular el área de pintado, determinando posteriormente cuánta pintura e imprimación va a necesitar procurando emplear la cantidad de producto necesaria, sea cual sea la herramienta que se utilizará (brocha, rodillo o pistola). Además, la cantidad de película necesaria dependerá tanto de la superficie (según su lisura y porosidad) y del tipo de pintura: no es lo mismo pintar una pared rugosa en exterior que una pared extremadamente lisa e imprimada.

 

Tanto si estás realizando un trabajo de interior como de exterior, siempre aplica la cantidad de pintura e imprimación según el rendimiento recomendado. Así obtendrás un espesor de capa con mayor protección y durabilidad, cualidades que conseguirán que tus clientes estén satisfechos y hablen de la calidad de tu trabajo.

 

La dilución

Otra práctica que modifica el espesor de una capa de pintura, variando sus propiedades es la dilución en exceso. Por ejemplo, la cubrición de la película será menor ya que la cantidad de sólidos en volumen se ha reducido. También afecta a la resistencia al descolgamiento: en una superficie vertical, una pintura diluida en exceso puede gotear y descolgar, de manera que el pintor tenderá a aplicar menos pintura, resultando otra vez en una capa de pintura seca excesivamente fina.

 

Por tanto es esencial sólo diluir una pintura cuando sea necesario y siempre en las proporciones recomendadas por el fabricante.

 

 

Fuente: www.procolor.es

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